Justo antes de Halloween, la ONU anunció que los niveles de CO2 en la atmósfera alcanzaron en 2016 nuevos niveles récord de 403 ppm. El transporte marítimo sigue siendo una solución de transporte muy eficiente en términos de emisiones por tonelada de carga, pero estas noticias solo aumentarán la atención sobre qué medidas pueden ser ahora necesarias para luchar contra el fantasma del crecimiento sustancial que ha tenido la flota en la última década.

Al contrario que en el caso de las emisiones de NOx y SOx, sobre las de CO2 hasta ahora no se han puesto en marcha unos recortes a un plazo concreto como el azufre global 2020. Sin embargo, el sistema Energy Efficiency Design Index (EEDI) se puso en marcha en 2013 y la UE introducirá un régimen de seguimiento para los buques que hagan escala en los puertos de la UE a partir del año 2018. No obstante, además de los valores de EEDI ‘descendentes’, las actuaciones de los armadores también han comenzado a producir resultados. Inicialmente estimulados sobre todo por el deseo de ahorrar en costes de combustible, las preferencias por barcos ‘ecológicos’ y por velocidades más lentas también han ayudado a limitar las emisiones.

En el periodo 2003-08, la flota creció un 34% en GT y un 32% en términos de potencia propulsora en kW. Más del 40% del crecimiento neto en kW se concentró en los portacontenedores. Pero, tras el inicio de la desaceleración de la demanda, la navegación lenta y el auge de los buques ‘ecológicos’ produjeron una brecha entre las tasas de crecimiento en GT y kW. En 2008-13, a pesar del aumento del 42% en GT, la flota creció solo un 34% en kW. De hecho, el aumento anual de la flota mundial en kW fue 2,2 puntos porcentuales más lento que el crecimiento en GT en 2012. Aunque se redujo ligeramente, se ha mantenido un diferencial en los años siguientes.

Las entregas de portacontenedores optimizados para navegar a menor velocidad contribuyeron en gran medida a esta tendencia. Además, el gobierno chino alentó una nueva ola de encargos de graneleros ‘eco’, de baja velocidad, así como precios atractivos de nuevas construcciones. El menor aumento de la flota en términos de kW también se ha visto influenciado por el aumento de tamaño, sobre todo de los portacontenedores. Actualmente se están entregando buques con más de 20.000 TEU de capacidad, que tienen relaciones kW/TEU más bajas. Esto significa que comienzan a contribuir menos al aumento de la potencia y de hecho a las emisiones por TEU.

Al mismo tiempo, se han reciclado muchos portacontenedores más pequeños y menos eficientes en cuanto a energía. En número de unidades, la flota de portacontenedores ha disminuido en los últimos 18 meses, de modo que la potencia total de esta flota en kW cayó en 2016. El crecimiento la flota global en kW cayó al 1,6% en 2016, con los petroleros y los transportistas de gas tomando una mayor participación en el crecimiento neto. Las entregas de petroleros en GT aumentaron un 68% en 2016, mientras que se entregaron un 23% más de GT de gaseros (esto generó un crecimiento de la flota del 4,8% en kW para petroleros, y 9,2% para los gaseros).

En general, desde 2009, la potencia propulsora de la flota, en kW/GT ha disminuido en un 10% hasta 0,43 kW/GT, habiéndose mantenido estable durante más de una década. Una menor potencia no significa automáticamente menos emisiones, pero la nueva generación de barcos ‘ecológicos’ ha sido útil, tanto para reducir las facturas de combustible como para el medio ambiente. Por supuesto, estamos lejos del final de la historia: el transporte marítimo todavía tiene un largo camino por recorrer en su contribución a un mundo con menos emisiones de carbono.

8/11/2017 

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