11/4/2019 – La representación francesa ha presentado a la Organización Marítima Internacional (OMI) una propuesta para que se establezca urgentemente un límite de velocidad global en el transporte marítimo para reducir así sus emisiones de CO2, aunque no ha especificado cual debe ser este límite, para promover un debate abierto con los demás Estados sobre dicho asunto.

Francia considera que este sector debe actuar con mayor celeridad que la establecida hasta ahora en el calendario de objetivos de la OMI para desarrollar unas normas para la descarbonización del sector a partir de 2023.

Según dicha propuesta, la reducción de la velocidad funcionaría como una “excelente medida temprana y de transición” para la mayoría de los sectores navieros, aunque se trataría de una medida temporal hasta que se desarrollen tecnologías de propulsión sin emisiones de carbono. Se admite que el límite sería inviable para ciertos buques y cargas, ya que los buques de pasajeros o los que transporten mercancías perecederas se verían obligados a mantener velocidades más elevadas.

Como un segundo paso, basado en este límite de velocidad de navegación, Francia propone una nueva normativa, aplicable a toda la flota mundial, que recompense la innovación. El objetivo de este segundo paso sería conseguir reducir las emisiones en un 70% para 2050, aún más que el 50% acordado en la OMI el pasado año.

La asociación de Armadores de Francia, a través de su presidente, Philippe Louis-Dreyfus, ha apoyado la propuesta, mientras que otras fuentes dudan de la capacidad de las autoridades para hacer cumplir una medida como ésta. Por otra parte, la reducción de velocidad también podría ser beneficiosa para ciertos sectores del transporte marítimo ya que crecería el número de buques operando y podría suponer un aumento de los fletes.

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