Los fletes de transporte marítimo de gas natural licuado (GNL) han caído a mínimos históricos a causa de una combinación de factores como el exceso de nuevas construcciones, los retrasos en nuevos proyectos de licuefacción y la falta de demanda para almacenamiento flotante en Europa, según publica el medio especializado Lloyd’s List.
El cuarto trimestre de 2024 ha marcado mínimos históricos en los fletes spot de metaneros. Según Clarksons Securities, el promedio para buques propulsados por turbina de vapor ha caído hasta 11.250 dólares diarios ($/día), un 55% menos respecto al mes anterior, y apenas una décima parte de lo registrado hace un año (111.667 $/día). Los buques con motores tri-combustible y los diésel de dos tiempos (MEGI y XDF) también han experimentado descensos drásticos de un 53% (hasta 18.250 $/día) y un 43% (hasta 30.000 $/día), respectivamente.
La mayoría de los buques metaneros operan bajo contratos de fletamento por tiempo y estos fletes también muestran una tendencia a la baja. Por ejemplo, un contrato a un año para metaneros de dos tiempos se sitúa en 43.800 $/día, lo que supone un descenso de un 57% respecto al año anterior.
Según Oystein Kalleklev, director ejecutivo de Flex LNG, la demanda limitada ha debilitado significativamente el mercado spot. El crecimiento de los volúmenes de exportación de GNL, que tradicionalmente alcanza entre un 6% y 8% anual, ha sido de apenas un 1% este año debido a los retrasos en la puesta en marcha de nuevos proyectos de licuefacción en todo el mundo.
Además, prosigue Kalleklev, Europa cuenta con grandes reservas de gas para este invierno, lo que ha reducido la necesidad de almacenamiento a flote. A diferencia de años anteriores, cuando los precios del gas incentivaban la inmovilización de entre 30 y 40 buques, este año los elevados precios no han generado ese efecto debido a la ausencia de contango en los mercados.
El mercado también se enfrenta a un exceso de oferta de tonelaje disponible. Este año, se entregarán 68 nuevos buques metaneros, con un promedio de 84 unidades adicionales programadas anualmente entre 2025 y 2027. Muchos de estos buques fueron construidos para proyectos de licuefacción que aún no han entrado en operación, lo que ha empujado a estas unidades al mercado spot. En los nueve primeros meses de 2023, se firmaron 157 contratos spot; en el mismo periodo de este año, 278, un 77% más.
La flota más antigua, destinada al reciclaje
La situación actual podría suponer el inicio de una retirada masiva para los buques de más edad propulsados por turbinas de vapor, considerados obsoletos tanto técnica como comercialmente. Actualmente, hay 202 buques de este tipo en operación, de los cuales un 39% tienen más de 20 años. Sin embargo, muchos están atados a contratos de largo plazo que aún no han expirado.
Según Kalleklev, 75 de estos contratos vencerán en los próximos dos años y se espera que al menos 53 de estos buques abandonen la flota para su desguace o conversión en unidades de almacenamiento a flote y regasificación (FSRU). Este proceso, aunque lento, ya muestra señales: por ejemplo, el BW Boston, un buque de turbina de vapor construido en 2003, fue recientemente vendido por 35 millones de dólares para un proyecto de conversión en Oriente Medio.
Con un panorama marcado por la baja demanda, el exceso de oferta y la falta de incentivos para el almacenamiento a flote, el mercado enfrenta un invierno complicado. Flex LNG anticipa que las condiciones actuales persistirán al menos durante el resto del año.