Baleària ha reducido en un 22% sus emisiones de dióxido de carbono (CO₂) en la ruta que conecta Barcelona con Alcudia y Ciudadela gracias al Margarita Salas, su nuevo fast ferry catamarán propulsado por motores duales a gas natural licuado (GNL). Según la naviera el nuevo buque “supone un avance significativo en sostenibilidad dentro del transporte marítimo y refleja el compromiso de Baleària con la descarbonización y la innovación tecnológica”.
En una presentación en el puerto de la Ciudad Condal, el presidente de Baleària, Adolfo Utor, se mostró muy satisfecho con los resultados de esta primera conexión de alta velocidad propulsada por GNL. Utor subrayó que el Margarita Salas “supone un salto cualitativo y cuantitativo, en capacidad, confort y eficiencia energética”. El buque, que comenzó a operar en julio de este año, evitará la emisión de 13.000 toneladas de CO₂ anuales, gracias al uso de gas natural como combustible principal.
Baleària inicio su estrategia para el uso de GNL como combustible en 2017 en el puerto de Barcelona con un proyecto piloto. Entre 2019 y 2024, la empresa ha incorporado progresivamente once unidades, entre buques de nueva construcción y remotorizados que emplean esta tecnología. En 2024, alcanzó un récord de suministro de GNL en el puerto de Barcelona, con un volumen de 325.000 MWh, triplicando el registro del año anterior y representando el 80% de las operaciones de suministro de dicho combustible en el puerto catalán.
En 2024, Baleària transportó más de 500.000 pasajeros desde Barcelona, un 12% más que el año anterior. Con sus cuatro salidas diarias que conectan la Ciudad Condal con Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, es responsable de más de la mitad del tráfico de pasajeros y carga entre ambas regiones.
El Margarita Salas, con capacidad para 1.200 pasajeros y 425 vehículos, es el buque mejor valorado por los usuarios en las rutas hacia Baleares, obteniendo una puntuación media de satisfacción de 8,8. Este fast ferry está equipado con sistemas avanzados para reducir vibraciones, ruidos y movimientos durante la navegación, lo que mejora significativamente la experiencia de los pasajeros, y puede alcanzar una velocidad de servicio de 35 nudos. El buque supuso una inversión de 126 millones de euros, financiada en parte por los fondos Next Generation de la Unión Europea, dentro del Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia.